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miércoles, 21 de octubre de 2020

Dolores, Córdoba y el Molino de Eiffel

Poco antes de llegar a Capilla del Monte y sobre el margen izquierdo de la ruta nacional 38, se asoma mimetizándose entre las copas de los pinos, una misteriosa estructura de hierro: se trata de un molino de viento, pero no uno más de los tantos que bordean los paisajes serranos sino uno diseñado y construido por Alexandre Gustave Eiffel, el padre de la torre Eiffel





En el año 1900 el Gobernador de Córdoba Ambrosio Olmos adquirió dos molinos Eiffel que ingresaron al país como atracciones de la Exposición Rural de Buenos Aires. Uno fue llevado a la estancia El Duraznillo en Río Cuarto y el otro lo trasladó a la casa colonial de San Sebastián, en el paraje Dolores, ambas de su propiedad.

El molino en el enclave serrano abastecía de agua al sector y era el punto de reunión de la dueña de casa y sus amigas que se asomaban al balcón del tanque principal para disfrutar de una bella panorámica del valle. Hace 30 años atrás una fuerte tormenta volteó la enorme rueda con aspas que al girar permitía la extracción del agua. La contaminación de las napas originales lo que obligó incluir un pozo-cisterna con bomba eléctrica, que aún provee de agua a buena parte de la población.

La rueda del molino se conserva en el interior del casco de la estancia San Sebastián y nunca fue reinsertada. El resultado es un desalineado molino de hierros retorcidos.

En color sepia. La estructura del molino está formado por tres niveles: el superior donde estaba la rueda con aspas, el del medio con un tanque de agua pequeño y el de abajo con un tanque de mayor tamaño. Los tres están delicadamente circundados por una barandilla decorativa y conectados a través de una escalera caracol enroscada alrededor del eje.







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