Conocer
el campamento de la mina
La Casualidad en Salta, en
plena puna, con paisaje cordillera casi en el limite con Chile. Es
una experiencia movilizante y una historia para recordar y sacar
conclusiones.
La mina La
Casualidad en Salta,
ubicada en plena
puna, con paisaje extraplanetrio
cordillera casi en el limite con Chile, es una de las actividades que
propone Tolar
Grande.
Este
pueblo –fundado
en 1951– estaba habitado por
peones, ingenieros, expertos en minas, mujeres y niños, que contaban
con un pequeño hotel, confitería, escuela primaria y secundaria,
iglesia, cine, teatro, canchas de básquet y fútbol, oficina postal,
servicios de luz, teléfono, gas natural, red cloacal y agua
corriente, y acceso por ruta.
Allí
nacieron, crecieron, se educaron y trabajaron casi tres mil personas
desde su fundación hasta el año de su prematuro cierre en 1979. En
ese lugar se procesaba el azufre que se extraía de un cerro
limítrofe con Chile, donde estaba la
bocamina La Julia, y por un moderno cable carril de 15 km se lo
llevaba en su estado natural dentro de vagonetas de unos 200 kg hasta
el campamento, para ser enviado en camiones hasta Caipé (pequeña
estación de ferrocarril), y desde allí por el
ramal C-14 hasta Salta (línea
Gral. Belgrano, la misma del actual tren
a las nubes, que
en esa época llegaba hasta Chile).
A fines
de los setenta, argumentando cuestiones económicas, el ministro
Alfredo Martínez de Hoz hizo cerrarla por decreto. Vendría la época
en que se favorecería la importación en desmedro de la industria
nacional. Fue
así que la mina se desmanteló. El
pueblo en consecuencia fue abandonado.
Hoy su vista
es estremecedora: la
magnificencia de la puna y sus montañas gigantes, los
interminables “mares blancos” que
forman los salares, sus “ojos de mar” (oasis de agua dulce) donde
habitan flamencos rosados, las coladas de lava que atraviesan las
rutas, los guanacos y vicuñas que caminan apacibles y hacen de este
su dominio; la ciudad “fantasma” en el medio de la nada, con
el viento como único sonido.
Un
fino y alargado hilo amarillo sobre las laderas,
son el signo de que alguna vez pasó por
arriba el cable carril volcando azufre como reguero. Sólo pedazos de
cable, alguna vagoneta caída y una única torre de acero resistiendo
de pie, quedan como símbolo de aquella época.
Frente al
pueblo, la
planta que fuera la más importante azufrera del país,
muestra en hierros retorcidos sus tolvas, calderas y chimeneas.
La
capilla está desnuda por fuera y por dentro,
un gran tablón de madera apuntalado hace las veces de puerta y sólo
una cruz de madera amurada a la pared indica que hubo un pequeño
altar; ingresar a la escuela produce sensaciones encontradas, un aula
vacía, con su pizarra vetusta y un solo pupitre invita a imaginar a
los pequeños aprendiendo sus primeras letras.
Cómo
Llegar
Desde
Salta, se toma la Ruta Nacional 51 que va hacia el paso de Sico,
pasando por las localidades de Santa Rosa de Tastil, San Antonio de
los Cobres, hasta Olacapato. Luego debe continuarse por la Ruta
Provincial 27 en dirección al poblado de Tolar Grande al que se
llega luego de pasar por el salar de Pocitos y del Diablo. A partir
de esta población, se atraviesa el inmenso salar de Arizaro en
dirección Oeste y desde allí hacia el Suroeste hasta la abandonada
estación de ferrocarril de Caipé. Por la misma ruta, en dirección
Sur y aproximadamente a 500 km de la ciudad de Salta, se encuentra la
Mina de La Casualidad.
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