Un lugar de atracción turística, generalmente, lo es por las bellezas naturales del mismo, por su valor histórico, o por la existencia de alguna obra de valor estético apreciable. En muchos casos existe la combinación de más de uno de estos factores. Los puentes tienen un gran valor estratégico, y muchos de ellos también poseen importancia turística, debido a que son símbolos del lugar donde se los emplazó.
Sobre un camino de tierra que se desprende de la Ruta Provincial 72, a la altura del cauce del Río Sauce Grande, se encuentra el Puente de Arco, conocido como el Puente Blanco y construido en el año 1937. Se trata de una estructura de 65 metros de largo por 8 de ancho en medio de un paisaje rural pampeano semiárido y agreste.
Es obra del gran arquitecto italiano Francisco Salamone, que regó con magníficas obras para uso civil a lo largo y ancho de la pampa húmeda. El puente fue inaugurado a fines de la década del ´30 y todavía hoy en día sigue firme. Es un puente de concreto que puede pasar tranquilamente sobre el arroyo. Muchos lugareños vienen aquí a pescar los fines de semana. Observen las inscripciones de su fecha de inauguración y las referencias indicando las ciudades de destino de un lado y del otro. Es un lugar con cierto encanto bucólico y nostálgico, de una era, en que los gobernadores tenían una visión a largo plazo.
Puede llegar aquí caminando por una senda peatonal que termina muy cerca de aquí, después es todo camino de tierra.
Vale la pena darse una vuelta por el lugar, esta muy cerca del pueblo, pasando el barrio Ceferino.
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