El aspecto singular de este Valle está dado por sus misteriosas formaciones rocosas de origen volcánico, que en su erosión emulan las más vistosas figuras, otorgando al lugar un tono mágico. Rocas con forma de castillos, leones, torres y catedrales góticas sorprenden a los visitantes entre impresionantes cerros. Algunas de las rocas han cautivado a los visitantes de tal manera que han sido bautizadas, como el afamado “Dedo de Dios”, el “Tren Expreso”, los “Leones Enamorados” o “El centinela del Valle”. Otras formaciones simplemente responden a los caprichos de la imaginación al mirarlas.
El Valle del río Limay encuentra su encanto también en su valor histórico: hay vestigios de culturas aborígenes que habitaron el lugar hace unos 10 mil años. Las pinturas rupestres en las cavernas y los sedimentos biológicos en el lugar dan cuenta del carácter milenario del Valle.
Numerosas excursiones parten de Bariloche para descubrir los rincones del Valle Encantado con la orientación de un guía. El lugar es un ámbito privilegiado para practicar múltiples actividades al aire libre: trekking, escalada, cabalgatas, tours fotográficos, pesca deportiva y avistaje de aves, contemplando casi ochenta especies que viven en la zona.
En las inmediaciones del Valle Encantado hay cabañas donde alojarse, celebrar eventos o degustar un almuerzo para retomar energías y continuar con los paseos ecológicos dentro del llamado “Circuito Grande” de Bariloche.
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