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miércoles, 20 de mayo de 2020

La Reserva Parque Luro. La Pampa.

En el mundo, la única reserva natural del Caldenal
Se encuentra a 35 km de Santa Rosa, sobre la Ruta Nacional Nº 35 en dirección Sur. Es un área protegida de 7600 ha, ocupando el bosque de caldenes la mayor extensión, cercana a las 6000 ha. El nombre que lleva la Reserva recuerda a Pedro Olegario Luro, quien en la primer década de 1900, crea la Estancia San Huberto y construye el primer coto de caza organizado de Argentina.
Su casamiento con Arminda Roca (sobrina de Julio Argentino Roca) lo relaciona con la familia más ilustre de ese entonces, por la actuación militar y vida pública de los Roca. Además de la actividad cinegética, Luro desarrolló la explotación agropecuaria, frutihortícola y la de la madera de caldén, producción que saca por ferrocarril hacia Bahía Blanca a través de un tendido vial que conectaba el predio con la Estación Ferroviaria de Naicó.



Luro fue médico, hombre de negocios, estanciero, aficionado a las letras y el arte, actuando en la vida pública como legislador nacional durante varios períodos. En su trayectoria fue un infatigable defensor de la autonomía de La Pampa. El cerco principal de la Estancia (hoy llamado Castillo) fue sitio de reuniones de la gran cruzada por la provincialización del territorio. Fallece en el año 1927 sin ver coronada su empresa. En 1939, Antonio Maura adquiere el predio en medio de la gran crisis mundial. Explota la madera de caldén, reconstruye el parque de caza, reforma el casco principal, las caballerizas para la crianza de ponies de polo, cría caballos pura sangre; siendo su proyecto instalar un Country Club, semejante al que construye en Tortuguitas (Buenos Aires) en tierras de su esposa, Sarah Escalante. Maura fallece en el año 1964, cumpliendo su hija Inés Maura de Roviralta la voluntad de su padre de vender el predio al Gobierno de La Pampa con destino a la creación de un Parque Provincial, incorporándose así al patrimonio de la Provincia.




El Paraíso Faunístico: a la ancha franja verde que cruza el territorio pampeano de Norte a Sur, los indios mapuches le decían Mamüll Mapú, que significa Comarca del Monte, Comarca de la Madera. Es el caldén el árbol típico de La Pampa. Alcanza los 15 m. de altura, contando la Reserva con especies varias veces centenarias. Lo acompañan otros árboles como el chañar, la sombra de toro, y el algarrobo, arbustos, hierbas y gramíneas. Además del bosque de caldenes, en el área se definen otros ambientes naturales. La laguna o salitral ocupa el fondo del valle y corre de Este a Oeste, destacándose en sus orillas, matorros, arbustos y chañares; y por el Norte, el médano brinda el atractivo paisaje ondulado con presencia de caldenes en isletas y gramíneas.
La fauna está representada por especies introducidas por Luro, el ciervo colorado y el jabalí, los cuales se aclimataron y prosperaron en el ambiente del bosque. Entre otras especies autóctonas cuentan, pumas, gato montés, gato del pajonal, zorro, zorrino, hurón, comadreja enana, y ofidios, como la yarará ñata, la víbora de la cruz, la falsa coral, la víbora de cristal y la culebra ratonera. Los representantes más numerosos son las aves, identificándose a la fecha más de 130 especies. Entre ellas: palomas, cotorras, pájaros carpinteros, chincheros, churrinches, flamencos, teros, teros de agua, chorlitos migratorios de Norteamérica, halcones, caranchos, jotes, patos y gansos de varias especies.







Desde el acceso a la Reserva al Centro de Interpretación: La entrada a la Reserva está marcada por pilares circulares que recuerdan el antiguo acceso a la Estancia San Huberto y más atrás, la gran puerta de hierro acompaña el cercado del predio en toda su extensión. Allí dentro, se halla en libertad, en su propio hábitat, la exquisita fauna del sistema natural.
Se recomienda movilizarse lentamente, hacer el menor ruido posible y agudizar los sentidos. Tomando el camino que sale a la derecha, se observa que éste separa el tupido bosque. A pocos metros y sobre la misma mano aparece la laguna, ese espejo de agua que en ciertas épocas se ve bordado de colores por la presencia de flamencos, patos y gansos. Siguiendo el camino serpenteado en horas tempranas de la mañana o por las tardecitas, es posible ver ciervos entre los árboles o sorprenderse ante el cruce de una manada de un lado a otro del camino. Recorridos unos 2.500 metros desde el ingreso, se alza a los ojos el imponente Castillo y a la derecha, el Centro de Interpretación, cuyo diseño arquitectónico simboliza el caldén.
Allí se encuentra toda la información organizada de la Reserva, presentada en bloques temáticos y en paneles con fotografías y textos. A lo largo de la galería circular se aprecian los distintos enfoques de la información, el tratamiento del bosque como un todo, como un sistema natural, el tratamiento en particular de cada uno de los ambientes (laguna, médano, bosque), destacándose las especies faunísticas, los sitios naturales de interés y la historia del parque desarrollada a partir de documentos y fotografías. La información se complementa y profundiza con la proyección de un video.



Desde el Centro de Interpretación a los ambientes naturales:Para interpretar los ambientes naturales, la reserva cuenta con el trazado de tres Senderos Peatonales Autoguiados: el Sendero de la Laguna, el Sendero del Bosque y el Sendero del Médano.
Colocados de frente al Centro de Interpretación, a mano izquierda, hay un importante cartel que ayuda a moverse dentro de la Reserva. En el inicio de cada sendero se encuentra cartelería de gran porte con indicaciones básicas y durante el trayecto acompañan carteles menores que ayudan a interpretar el medio al que se ha accedido. En la caminata de unos 45 minutos o 1 hora por el sendero, se encuentran grupos de bancos en madera rústica dispuestos en lugares atractivos para descansar y retomar nuevas energías. También hay contenedores para depositar la basura que se genera durante la marcha. Para observar la fauna es preciso respetar sus horarios, sus tiempos de mayor actividad. En horas tempranas de la mañana o por las tardecitas, es cuando las especies más se mueven, caminando en la búsqueda de alimentos.
Se debe tener en cuenta que es difícil observar al animal en su medio natural sin ser vistos, olidos y oídos antes que él. De no lograr verlo, la fauna deja indicios de su presencia como huellas de patas, pastos achatados sobre los que descansa, restos de comida como huevos y plumas, cuevas, olores fuertes y ruidos como el de ramas que se rompen, indicando la huida. Para el reconocimiento de rastros, la cartelería gráfica en el sendero ayudará a identificar las especies. Para el reconocimiento de la flora y pájaros, el sendero también cuenta con carteles identificatorios.






Desde el Centro de Interpretación hacia el Castillo y a otros atractivos históricos: el clásico casco principal de la Estancia San Huberto, llamado por el residente, El Castillo, es hoy Monumento Histórico Nacional. El recorrido por sus dependencias pone de relieve dos tiempos en la vida del Establecimiento. El cuerpo central con sus plantas baja y alta constituye la construcción más antigua realizada por Luro, mientras que las dos alas laterales responden a las reformas funcionales que le imprime Antonio Maura al adquirir el predio en el año 1939.
La ambientación recrea la historia de San Huberto y exalta el buen gusto, sobriedad, comodidad y costumbres de la época. La visita guiada comienza en la sala principal relacionando el ambiente general y el mobiliario con la historia de la familia y el porqué de San Huberto. Continúa en la Biblioteca donde se exalta el entorno cultural, para seguir hacia el comedor donde Luro ofreciera aquel almuerzo histórico, precursor del movimiento por la autonomía provincial, luego se va a las habitaciones de Luro, de Maura y de huéspedes, acompañando el recorrido con anécdotas y referencias de interés histórico, social y cultural.








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