La milenaria cultura originaria y los asombrosos paisajes de Inca Cueva
El acceso al camino hacia Inca Cueva se encuentra en el kilómetro 1857 de ruta nacional 9. Todos los detalles del deslumbrante sitio puneño.
Ubicada a pocos kilómetros de Azul Pampa, aunque dependiente administrativamente de la Comisión Municipal de Tres Cruces, se accede cruzando el incipiente Río Grande.
El río Chulín, que como muchos de la zona, lleva agua cuando llueve sirve de camino, pero antes está la primera referencia histórica, el puente ferroviario conocido como “La Bóveda”, construido en piedra durante mediados del siglo pasado, en pleno auge del ferrocarril en Jujuy, y que dejó de cumplir su principal función a mediados de los ‘90s. Hoy, sirve de portal de inicio para la travesía.
El Tribuno de Jujuy, llegó al lugar a través de un “fam tour” organizado por la Comisión Municipal de Tres Cruces y la familia Cari, propietaria de las tierras dónde están emplazadas las siete cuevas, la laguna y el oasis de Inca Cueva, entre otras maravillas. Se dedican a brindar visitas guiadas por sus atractivos, como así también mantener en condiciones el lugar, otrora saqueado y víctima de hechos de vandalismo.
A medida que se avanza por los senderos que entran y salen del pedregoso río, una enorme quebrada rojiza comienza a imponerse en el paisaje, y el cauce del Chulín se hace más estrecho. Las rojas montañas rocosas de Inca Cueva copan la vista, y sus atractivos surgen.
La primera de las siete cuevas del inca, la única habilitada al público, es el sitio que abre la excursión turística. En sus paredes hay registros de civilizaciones precolombinas que datan de 10.000 años antes de Cristo, hasta posteriores a la conquista española, a través de pinturas rupestres y petroglifos. Si bien se puede acceder, el lugar se encuentra naturalmente cerrado por piedras, y su propietario le instaló un portón para resguardarlo de actos vandálicos.
También está la laguna de Inca Cueva, un cerro erosionado en el que se formó una olla, y que acumula gran cantidad de agua cada vez que llueve. Al lugar se accede por un camino propio de montaña, con zonas estrechas y para trepar. Aunque no todo el tiempo hay agua, un sinnúmero de especies de animales silvestres habitan el lugar. Abundan en la zona vizcachas, suris, y cuis, entre otros.
Al pie del cerro donde está la laguna está uno de los lugares distintivos de Inca Cueva, la “foto de postal”, el popular oasis. Que, por su contraste de colores entre el verde y los distintos tonos rojizos, y su húmedo suelo se convierte en la parada más refrescante de la travesía.
Pero Inca Cueva es mucho más que su oasis, es un sitio con un gran valor paisajístico, y sobre todo con un valor arqueológico único para nuestra provincia.
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