Viajar no es solamente ir de un lugar a otro, es VIVIR EL VIAJE, es detenerse, contemplar la naturaleza, el paisaje, es disfrutar de unos mates a la orilla de la ruta. Sentir los sonidos, oler los aromas, contemplar lo simple, todo lo que nos rodea tiene su belleza, incluso un simple campo de girasoles.
La belleza de los contrastes de los amarillos y el cielo, ayudado por unas nubes hermosas y las sierras cordobesas. Sentirte parte del entorno no tiene precio.
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