Ubicadas en el límite de las provincias de Jujuy y Salta, se conforman como una de las salinas más extensas de la Argentina y sobre todo, de las más lindas. Si bien a simple vista los visitantes pueden ver solo a los turistas tomando fotografías, la zona alberga también a una flora y fauna que se acostumbró a vivir en condiciones poco habituales.
Siguiendo lo que seria el recorrido correcto, tras disfrutar de Purmamarca, llegamos a las Salinas gracias a la Ruta Nacional 52, subiendo por la cuesta de Lipán. Las Salinas Grandes son consideradas las terceras mas grandes del mundo después del Salar de Uyuni en Bolivia y el Salar de Arizaro en Salta.
Esta planicie de sal, está compuesta de sedimento químico-evaporítico y se divide en tres tipos de zonas dentro del salar: la salina poligonal, la limosa y las eflorescencias salinas.
Los obreros de la zona enseñan los diversos modos en que se extrae la sal de los grandes piletones y hasta se puede disfrutar de un restaurante construido en sal, algo increíble por estos lados.
Parece raro que en medio de cerros y quebradas, en la provincia donde la Puna es lo más característico, exista esta gran mancha blanca. Más de 12 mil hectáreas conforman un lugar único dentro de la provincia de Jujuy.
Las esculturas de sal son el souvenir obligado de los turistas, claramente para dar cuenta de que se estuvo allí. En un sitio que inició su historia entre 5 y 10 millones antes de nuestro presente y que fue cubierto por aguas con gran cantidad de sales provenientes de la actividad volcánica. La evaporación desencadenó lo que hoy en día se conoce como las Salinas Grandes en el norte argentino.
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