Tres Cruces en el camino a Cafayate es el mirador natural de la quebrada.
Es una de las paradas más bonitas, el paisaje es infinito, las montañas se ven imponentes, el río las recorre serpenteante, es un cuadro perfecto del Valle Calchaquí.
En tres Cruces el cielo tiene siempre un color azul y la policromía tiene infinitos tonos dependiendo de la hora del día.
Una de las características más destacadas del Mirador Tres Cruces es el contraste vibrante entre el rojizo de las rocas y el verde exuberante de la vegetación que bordea el río que atraviesa la zona. Este contraste se acentúa con la luz cambiante a lo largo del día, ofreciendo un espectáculo de colores en constante transformación. Por la mañana, los paisajes son nítidos y claros, con una frescura que invita a la contemplación y la calma. A medida que el sol se eleva, los colores se intensifican, revelando una paleta de tonos cálidos y vibrantes que culmina en un despliegue de ocres y rojos durante el atardecer. Este juego de luces y sombras es una delicia para los fotógrafos y amantes de la naturaleza, que encuentran en el Mirador Tres Cruces un lugar ideal para capturar imágenes impresionantes.
El nombre del mirador proviene de las tres grandes cruces de madera que se alzan en lo alto de la montaña. Estas cruces no solo marcan el punto más alto del mirador, sino que también tienen una historia interesante y enigmática asociada a ellas. Se cuenta que, en tiempos pasados, tres sacerdotes fueron asesinados en este lugar mientras intentaban ocultar un tesoro de gran importancia que hasta el día de hoy no ha sido encontrado. Esta leyenda local añade un aura de misterio y fascinación al mirador, atrayendo a aquellos que no solo buscan belleza natural, sino también una conexión con la historia y las leyendas de la región.
El acceso es relativamente sencillo, aunque implica una caminata que puede ser un poco desafiante para algunos. El sendero está bien señalizado y ofrece varias paradas en el camino donde los visitantes pueden descansar y disfrutar de vistas parciales antes de llegar a la cima. A lo largo del recorrido, es posible observar la flora y fauna local, con una diversidad de especies que enriquecen la experiencia del visitante. Entre los animales más comunes se encuentran las aves autóctonas, que añaden un elemento adicional de interés para los observadores de aves.
Al llegar al mirador, la recompensa es una vista panorámica que quita el aliento. Desde este punto elevado, se puede ver la inmensidad de la Quebrada de las Conchas, con sus formaciones rocosas únicas y sus colores cambiantes. Los visitantes suelen pasar horas en este lugar, simplemente absorbiendo la belleza del paisaje y tomando fotografías que capturan la esencia de este entorno natural increíble. Además, el mirador es un lugar popular para los amantes de la astronomía, ya que la altura y la claridad del cielo nocturno ofrecen condiciones ideales para la observación de estrellas.
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