Cuando escuché por primera vez el nombre de éste pueblo, fue un destino que agendé para cuando en alguna oportunidad esté por estos lugares y conocerlo.
Llegar no es fácil, siguiendo por la RN 40 despues de pasar por Molinos, seguimos unos 30km mas y luego de atravezar cuestas empinadas, caminos de piedra y ripio, entre campos de cultivos de todo tipo, en medio de pequeñas arboledas y caminos deciertos. llegamos. Y si lo hacés desde Cachi en sentido inverso, también es dificil el camino, yo diría que peor, en algunas partes se angosta bastante y las piedras aumentan de tamaño. pero vale la pena el esfuerzo y la paciencia para llegar.
Mágico. Esa es la primera palabra que dicen todos los que conocen este pueblo. Sus casitas impecables, las calles adoquinadas la amabilidad de su gente y uno de los paisajes más lindos de Salta, lo convierten en uno de los lugares ideales para tu descanso. Conocido como el lugar ideal para conseguir un poncho salteño, vení a conocer a los mejores artesanos de telar.
Un pueblito típico
Es uno de los pueblos mejor conservados de Salta. A lo largo de su calle principal, antiguas casonas de adobe con galerías, grandes patios y con detalles arquitectónicos que le dan al lugar un aire antiguo y fresco. Un lugar mágico.
La Plaza Principal
También llamada de La Junta, te sorprenderás con sus altas palmeras y la gran variedad de plantas que dan un verde muy especial durante el año. A su alrededor está la Iglesia y algunas de las casonas más típicas del pueblo.
La iglesia del Cementerio
Es una de las iglesias más lindas de la provincia. Declarada Monumento Histórico Nacional y con un estilo arquitectónico único en los Valles Calchaquíes fue construida en 1885. Ubicada en los más alto del pueblo, desde aquí tendrás las mejores vistas de este pintoresco valle.
El vino de altura
La provincia cuenta con la Ruta del Vino más alta del mundo con viñedos hasta de 3.100 metros de altitud. La amplitud térmica de la zona favorece las características organolépticas propias con una alta concentración de aromas, sabores y colores. Se destaca el vino Torrontés por su intenso aroma y sabor frutado, pero también se produce vino Cabernet Sauvignon, Malbec, Tannat, Bonarda, Syrah, Barbera y Tempranillo. Se producen principalmente en los Valles Calchaquíes, pero podés degustarlos en todos los hoteles y restaurantes.
Vino patero y mistela
Elaborados con técnicas ancestrales y en bodegas familiares, en Seclantás podés probar las típicas producciones artesanales de vino. El vino patero y el mistela son algunas de las ricas opciones de esta región.
El Camino de los Artesanos
Es un camino paralelo a la Ruta 40, donde encontrás los mejores artesanos tejedores de la provincia. Conocida como la cuna del poncho salteño, sus producciones son usadas por las más importantes personalidades del mundo. La materia prima que utilizan es la lana de llamas o de ovejas y para algunos trabajos especiales, la muy apreciada lana de vicuña.
Si estás en Seclantás es imposible no visitar un lugar aún mas incríble
Su nombre?
ACSIBI
Paredones rojos de tierra chorreada, puntiaguda o redondeada, sensual. Un verdadero viaje al centro de la tierra en Seclantás, el único pueblo del valle salteño que está del otro lado del río Calchaquí.
El paisaje remite al pasado más lejano de todos los pasados. No existe un tiempo verbal para ese pasado. Todo se ve muy rojo. Profundo carmesí.
Cómo llegar
Para llegar a las Cuevas de Acsibi la contraseña es Fido Abán, propietario de la Finca Montenieva que está a 3 km del pueblo. El lugar –cañadones, grietas, cuevas– está dentro de este campo de unos 10 km de ancho por unos 30 de largo. Fido le vio el potencial turístico cuando lo deslumbró a él mismo que llevaba a pastar a las ovejas de su padre. Tenía ocho años.
Se trata de un paraje aún poco conocido, que casi nadie visita en su debut en los Valles, un paisaje mágico y muy distinto, al que hay que destinar un día aparte. Sea que lo acompañe como guía, o que lo lleve en su propio vehículo, es recomendable convenir con Fido con algunos días de anticipación.
La salida implica avanzar unos 17 km (30 km en camioneta 4x4) por el lecho pedregoso de un río seco, caminar unas dos horas por una magnífica quebrada roja de tierra arenosa de las formas más inverosímiles, para finalmente agacharse y entrar en las espléndidas cuevas que alguna vez fueron parte de la Hacienda de Urbina, cuando los indios Malcachiscos lavaban oro para los españoles hasta que éstos se sublevaron y no dejaron alma en pie. Sucedió en 1603. Desde entonces hasta ahora, un time lapse de más de 400 años en el que le sorprenderá no ver urbanización alguna. A lo sumo, la ruina de alguna casa con gruesos muros de adobe y puertas de cardón que nadie puede calcular cuántos años tiene.
Las elevadas temperaturas y el sol no perdonan. Lleven gorro, camiseta manga larga y protección solar.
Fido Aban y su hijo René son los encargados de llevar a los turistas hasta los cañadones rojos de Acsibi, que están dentro de su propiedad. La excursión dura alrededor de cinco horas, incluye almuerzo. En su chacra, a unos pocos kilómetros de Seclantás también tienen alojamiento básico.
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