Después de recorrer varios kilómetros desde Fiambalá por la RN 60 y antes dellegar a Cortaderas, un cartel nos indica que debemos doblar a la izquierda y tomar un camino de ripio, en excelentes condiciones ya que siempre está con buen mantenimiento por la minera de Litio.
En total son 55 kilómetros de paisajes alucinantes, en especial al cruzar una cuesta, la noche anterior había nevado, haciendo mucho mas lindo el viaje, por suerte no había nevado en el Pissis y podremos llegar, gracias al hermano de nuestro guía Gonzalo que sabia como estaba allá arriba ya que el trabaja para la minera.
A lo largo de esos precarios senderos, en los que se bordea más de un precipicio, domina el paisaje árido, salpicado con setos amarillentos y arbustos rastreros: son como mojones solitarios en medio de un páramo. Ahora cubiertos de nieve, en determinado momento, antes del desvío hacia el Balcón de Pissis y tras pasar por el Portezuelo de las Lágrimas, aparece a lo lejos un tono rosado que fascina; no se trata de la luz del crepúsculo: es la laguna de Los Aparejos teñida de color salmón por la gran manifestación de flamencos que en primavera cubre su superficie.
A medida que se avanza, el paisaje se vuelve casi lunar, aunque habitado en ciertos tramos por vicuñas, guanacos, ñandúes, zorros, burros, cóndores y algunos pajaritos. Unos kilómetros más de trepada y el premio bien vale la pena.
Creo que tubimos la vendición de recorrer éste camino con nieve. le da otro encanto y mayor aventura,
Después de una fuerte pendiente en zigzag que quita el aliento, se encuentra el acceso al codiciado balcón natural de Pissis...........
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