Cuenta la leyenda que algunas crías de cabras enflaquecían y morían sin causa aparente. Un día, un pastor del pueblo vio en su corral una serpiente llamada "chupacabra" que se tomaba la leche de las cabras sin dejarles nada a las cabritas. Se puso en la tarea de buscarla entre las piedras que bordeaban el corral y al no poder encontrarla, decidió quemarlo para poder librarse del mal bicho y terminar con el penar de su majada. Así fue como se originó el nombre de Corral Quemado en esta pintoresca localidad del norte grande de Belén.
Se encuentra desviándose de la Ruta 40 hacia el oeste, al pie de la Sierra de Culampajá.
La vegetación pinta este pueblo, haciendo del paisaje un deleite para los sentidos. El fuerte algarrobo brinda su madera para la construcción de muebles y sus frutos se utilizan en la fabricación de aloja, anapa y patay.
El pullo es la prenda más emblemática de Corral Quemado. Es una manta gruesa y pesada realizada en telar en lana de oveja o fibra de llama que se realiza desde hace muchos años, llegando a ser en el pasado el sustento económico de familias enteras.
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