Empiezo por ésta imágen ya que para llegar a este lugar tube que pasar por unas chacras, después de hacer algunas averiguaciones de donde encontrar un sendero o camino para llegar a Las Torres. Mas o menos en google maps te indica, pero en ningún lado hay alguna carteleria de como llegar. Primero sortear estas chacras que estaban algo inundadas después de unas lluvias los días anteriores y después llegar al río hasta encontrar el sendero que costea la costa del río Agrio.
La caminata se hace cada vez mas emocionante y llamativa, primero por lo accidentado del sendero, a veces entre piedras, otras escalando rocas, en un momento el rio erocionó el terreno y tenes que agarrarte del alambrado para no caerte y seguir avanzando. el ruido del rio es muy intenso, el camino avanza y las vistas se ponen mas interesantes. son casi 10km de un camino emocionante. Parás un montón de veces, para tomar fotografías, observar el paisaje y descubrir algún que otro lugar interesante, como un par de cuevas a la orilla del paredón que serpentea a lo largo del río.
Cuando descubrí esas cuevas en la montaña, decidí explorarla, y ver las vistas desde lo alto. Nunca me imaginé que esta caminata me resultara tan emocionante, se veían gran cantidad de caballos y gauchos con ellos.
Después el cañón se agranda y da lugar a un valle lleno de pastizales y árboles, divisándose a lo lejos las Torres.
Como testimonio de la magnánima fuerza erosiva de los vientos patagónicos, se alzan en forma de círculo, ocho columnas cilíndricas que parecen esculpidas por un excelso tallador. Para llegar a este sitio, se recorre un sendero lleno de magia y silencio, por la vera del río Agrio, fiel acompañante durante el camino. El encuentro con el arroyo Pichinco, es el punto de entrada hacia un inmenso cañadón, desde el que comenzará a observar las torres, obras de arte de la naturaleza. Tanto la meta, como el camino para llegar a ella, son regalos de la madre tierra.
Ya estoy llegando al final, último esfuerzo, las formaciones rocosas en forma de torre, ya estan ahi, de color rojizo intenso, mas aún resaltado por el sol que pega sus rayos directamente. Final del camino, trepar unas rocas basálticas y llegas al borde de las mismas. Mirar en todas las direcciones para ver un paisaje distinto. Valió la pena el esfuerzo, ahora queda disfrutar el camino de regreso.
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