El río cruza por abajo del viejo puente de hierro de la ruta 28. Ahí mismo se encuentra embalsado de manera que el río tiene un ancho de 15 m y no es profundo. Tiene sombra de Olmos y sauces en las orillas y un par de asadores, sanitarios cerrados y un dejo de abandono. Desconozco si es privado, pero no había personal para la atención. Tal vez en verano este habilitado.
La ventaja de viajar despacio es que podes observar lugares cerca de la ruta que llaman la atención. Este es el caso de este paraje o balneario camino a los túneles de Taninga, divisé un montón de sauces a la orilla del rio y decidí a la vuelta parar y recorrer un poco el lugar.
El lugar me encantó, mucha paz, solamente yo y la naturaleza, mucha sombra y verde. Crucé un alambrado y recorrí un poco mas su orilla adentrándome hacia un sector de la sierra, muy hermoso.
Después fui al auto traje la conservadora algo para comer y disfrutar de esa paz, solo el canto de algunos pájaros interrumpido cada tanto por el ruido de algún auto en la ruta.
Para mí estos lugares así, que no figuran en ningún lado, que nadie los valora o le da importancia, resulta algo muy lindo, dejar sorprenderte y disfrutar estos momentos, cargar energías, disfrutar de un entorno natural y en solitario, realmente no tiene precio. Después de un rato, cargué mis cosas en el auto y seguí mi ruta.
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