Tiene más de ocho metros de altura que reflejan los colores del arcoíris. Sus paredes de roca se visten de helechos y enredaderas.
El lugar me encantó además podes hacer caminatas entre las rocas, o hacer algunos circuitos internos para caminar.
Este recorrido lo hice con Pame, mi hija mas chica. Nos encantó el lugar, trepamos algunas rocas para sacar fotos y ver la cascada desde otro ángulo, el día estaba hermoso por momentos con calor. Caminamos bastante por los senderos y decidimos almorzar en el parador a orilla del arroyo.
El parador es muy recomendable, no solamente por estar a la orilla del arroyo, sino también por su excelente comida y atención. Cuenta con una amplia playa de estacionamiento, sanitarios y por sobre todo unas hermosas vistas del lugar.
Almorzamos muy rico, buena charla con Pame y luego seguir disfrutando de Tanti, pero con la panza llena y la pesadez.
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