Después de levantarnos y disfrutar de un buen café, arrancamos la mañana para aprovechar el día y comenzar a recorrer los pueblos del oeste de la provincia de Buenos Aires, como Bordenave, Darregueira, Felipe Solá, Lopez Lecube y algun otro lugar que encontremos interesante.
La mañana estaba fría y la mejor idea fue encender el auto y dejar que levante temperatura y cargar nuestras cosas y enseguida se notó que el amanecer iba a estar muy bueno, los primeros brillos de la mañana y los colores rojizos del cielo.
Al tomar la avenida circunvalación me quedé inmerso en un éxtasis, esa niebla, los colores los brillos y sombras del amanecer en el campo, entre los caldenes, increíble.
Siempre digo que estos momentos del día son irrepetibles, siempre vas a tener algo distinto, así sea el mismo lugar, pero el entorno, las nubes, hasta el viento o la temperatura, condicionan para que sean todos diferentes.
Detenerte, ponerte en pausa y sentirlo, los olores, el viento, los sonidos, todo hace que uno se conecte y sienta lo natural.
Es hermoso tomarse un tiempo para disfrutarlo, para mí es lo mas lindo de los viajes, mas allá del paisaje y donde te encuentres. Buscar este momento dentro de un viaje, de unas vacaciones, es disfrutar al máximo.
Después de preparar el mate, comentaba esto que escribñi recién con mi hija que me acompañó en éste viaje, coincidiendo en todo, lo disfrutamos en silencio con una música suave de fondo y el sonido del auto en la ruta. Placer total de este momento hasta que llegamos a Bordenave, nuestro primer destino en el caino por la provincia de Buenos Aires.
Me gusta salir temprano cuando viajo y ver los amaneceres
ResponderEliminarQue increible amanecer, hermosas fotos!!
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