Se levantó en el año 1936, coincidiendo con el cuarto centenario de la fundación de la ciudad por Pedro de Mendoza. Aunque el monumento también conmemora la primera vez que se izó la bandera de Argentina en la iglesia San Nicolás.
Fue diseñado por Alberto Prebisch, un arquitecto argentino. Su inspiración es clara: los obeliscos que en el Antiguo Egipto se levantaban en las entradas de los templos. De hecho, su creador reconoció que había ideado el diseño del monumento basándose en los obeliscos que había visto en sus viajes a París.
Para la construcción del obelisco se invirtieron cuatro semanas, en concreto, 31 días. Las obras comenzaron el 20 de marzo y terminaron el 23 de mayo. El arquitecto trabajó con la empresa alemana Siemens Baunnion y costó un total de doscientos mil pesos. En él trabajaron un total de 157 obreros.
No obstante, la construcción generó una fuerte polémica. En el lugar actual del obelisco se encontraba la iglesia de San Nicolás de Bari, el lugar donde se izó por primera vez la bandera de Argentina en el año 1812. El gobierno de Buenos Aires decidió demolerla, lo que no fue muy aceptado por las gentes de la ciudad.
Una noche de junio de 1938 se produjeron algunos desprendimientos de piedra sobre unas gradas donde el día anterior se había producido una celebración. Ello provocó el miedo y también las reticencias de la población.
Fue entonces cuando llegó la segunda polémica con respecto al monumento. Hubo sectores más tradicionalistas que no estaban a favor de la construcción de monumentos tan modernos. Se trató de lograr su demolición mediante una votación en el Congreso, pero no prosperó.
Si ya la ubicación del obelisco había generado controversias, también lo fue el aspecto del monumento. Aquellos más a favor de construcciones más tradicionales lo criticarían duramente. Algunos de sus apodos fueron «punzón», «estaca» o «pisapapeles de acero y cemento».
El Obelisco de Buenos Aires se encuentra en el Barrio de San Nicolás, en pleno centro de la ciudad. En concreto, se alza sobre la Plaza de la República, que une las avenidas del 9 de Julio y Corrientes.
Mide 67,5 metros de altura y está permitida la visita. En la cima del obelisco hay un mirador con cuatro ventanas, que proporcionan unas vistas impresionantes de la ciudad. Sin embargo, para poder llegar hay que subir un total de 206 escalones. Pero, sin duda, el esfuerzo merecerá la pena.
Actualmente, el Obelisco de Buenos Aires es uno de los principales iconos de la ciudad y uno de sus grandes atractivos. La mayor parte de las celebraciones en Buenos Aires tienen lugar frente al él, también protestas y manifestaciones.
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