Entre callecitas campestres, una copiosa vegetación y varios cursos de agua, San Clemente es el refugio de paz y tranquilidad que todos buscan en el Valle de Paravachasca.
Enmarcada por las aguas de los arroyos Las Granadillas y Las Tazanas, y de los ríos Suela, San José y San Pedro, San Clemente es el pasaporte cordobés para relajarse y descansar. En estos cursos de agua, la clave es refrescarse en verano o disfrutar sobre sus orillas en épocas más frías.
Entre espinillos y pinares, aparecen sus senderos, principales protagonistas de caminatas y otros paseos a caballo o en bici. También, destaca con su centenaria capilla Nuestra Señora de la Merced, construida enteramente en piedra en 1947.
Enclave de pescadores
En este pequeño paraje agreste, se asienta el Córdoba Trucha Club, institución de pesca deportiva de truchas pionera en la provincia. Así, en un dique especialmente preparado, se crían a miles de estos peces por mes.
Otro plan imperdible desde San Clemente, es visitar el Parque Nacional Quebrada del Condorito. Habitado por majestuosos cóndores andinos que vuelan a corta distancia de los visitantes, éstos brindan un espectáculo inigualable. Además del avistaje de aves, aquí se pueden desarrollar otras actividades de ecoturismo.
QUÉ VISITAR EN SAN CLEMENTE
Los arroyos Las Tazanas y Las Granadillas junto con los ríos San Pedro, San José y Suela comprenden atractivos naturales para refrescarse o descansar y recorrer por sus orillas. A estos paisajes, se le suma una pintoresca capila, un club de pesca de truchas y varios senderos para caminar, ir en bici o a caballo.
Los arroyos Las Tazanas y Las Granadillas junto con los ríos San Pedro, San José y Suela comprenden atractivos naturales para refrescarse o descansar y recorrer por sus orillas. A estos paisajes, se le suma una pintoresca capila, un club de pesca de truchas y varios senderos para caminar, ir en bici o a caballo.
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