En esta pampa de altura, se ve a simple vista que su población se encuentra muy dispersa y que es un paraje muy antiguo donde existen lugares sencillos y rústicos para abastecerse. Se observa una pequeña capilla y una escuela que le brindan algo de “urbanismo” a un paisaje completo de paz.
Entre los ríos Los Reartes y San Miguel, es un lugar ideal para descansar o caminar en medio de toda su vegetación y su porción de bosque chaqueño con algarrobos blancos, quebrachos, mistoles y piquillines.
Es a la altura de la parroquia donde se encuentra el ingreso a un camino de ripio de unos 40 kilómetros que delinea grandes forestaciones de pinares, cedros y eucaliptus y que es atravesado en su trayecto por el río Santa Rosa. En esta travesía pueden verse perdices, zorrinos y algunas liebres más allá de la tradicional fauna doméstica.
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