Todo turista tiene que conocer Punta Perdices. Es una playa que se encuentra escondida en el interior de la bahía de San Antonio y a la que se llega por Puerto San Antonio Este. Muchos dicen que es por lejos la mejor de la región. También conocida como Caleta Falsa, es un brazo de mar que penetra en el continente cientos de metros como una bahía menor, lo que permite el cobijo del viento.
Su belleza natural sorprende en cualquier momento del día, porque como en toda esta parte de la región atlántica, el paisaje cambia con el comportamiento del mar.
Cuando sube se asemeja a una laguna de aguas mansas y absolutamente transparentes, que logran el reflejo de millones de conchas de moluscos que abundan por todo el terreno y crujen a cada paso. La quietud del cauce es ideal para nadar, remar, bucear con snorkel o zambullirse una y otra vez.
Al bajar la marea a su ritmo paulatino despeja un peñasco que se extiende como una cordillera sinuosa por donde circulan innumerables arroyitos por donde es frecuente encontrar cardúmenes de cornalitos que pueden ser atrapados con redes o mediomundos.
Hasta hace unas pocas temporadas Punta Perdices -o Caleta, como le llaman corrientemente- era visitada por lugareños y por los pocos que conocían su ubicación. Entonces era un lugar recóndito donde se podía disfrutar de la intimidad. Ya no es así. Su atractivo fue cobrando notoriedad. El último fin de semana, por caso, hubo una multitud. Una sombrilla al lado de la otra y cientos de vehículos de todo color y tamaño.
Para llegar se debe ingresar al Puerto San Antonio Este (a casi 60 kilómetros de Las Grutas), tomar un camino que comienza en el Mirador Norte y avanza por la costa del mar. Hay que seguir un trecho breve, a veces entre arbustos típicos, hasta llegar a la entrada de la caleta, donde el acceso se transforma en una huella. El piso totalmente cubierto por conchillas y el blancas con el azul del mar son lo primero que impacta.
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