Quemú Quemú y un curioso monumento a Kennedy en el medio del campo.

 

A la vera de la Ruta Provincial 1, en Quemú Quemú, se levanta un impactante monumento de hormigón, de más de cuarenta metros de altura, al que la gente del lugar va para tomar mate en los días de sol y los viajeros se acercan para fotografiar. Un bloque que emerge de la planicie y se eleva como un grito. Un homenaje a Kennedy que a lo largo de su existencia ha generado amores y odios.

Ubicado al noreste de la provincia de La Pampa, a 130 km de la capital, Santa Rosa. Es un pueblo de poco más de 5000 habitantes. Su nombre habla del calor implacable, del que no era posible huir en medio de la intemperie llana de la zona. Quemú Quemú, «me quemo, me quemo», así decían los indios. Si bien su nombre tiene un anclaje fuerte con la tierra y los pueblos originarios, hay en este lugar una historia más, un cruce anglosajón, vinculado al pasado colono.

A John F Kennedy lo asesinaron el 22 de noviembre de 1963. Tiempo después, en un bautismo en el pueblo pampeano, el quemuense Fernando De María (un profesor de filosofía y letras graduado en Harvard, en la que también se había graduado Kennedy, con quien había mantenido cierta relación) dijo que sería bueno hacer un homenaje al presidente norteamericano. La idea creció, las familias influyentes lo acompañaron y todo tomó forma hasta que el 29 de mayo de 1967 se inauguró el monumento.

Fue creado por el arquitecto Lincoln Presno,que responde a la arquitectura brutalista de hormigón expuesto y que a lo largo de los años despertó curiosidad y varias historias de mayor o menor grado de ficción vinculadas a ciertos símbolos masones, tiene 42 metros de altura, que representaría lo alto que Kennedy llegó en la política y el prisma horizontal simboliza la vida truncada por su muerte prematura, desde lo alto se lee Ave María, ya que Kennedy y Fernando de María eran católicos.

De María también ha dicho en alguna ocasión que no era bueno que hubiera árboles alrededor, porque la idea era que el monumento emergiera en medio de la pampa pura. Pero el pueblo fue poniendo su impronta. Lo cierto es que, más allá del homenaje que hay en su historia, es un símbolo de esta localidad de La Pampa que logra llamar la atención de los se que cruzan por allí con esa imponente presencia.