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jueves, 27 de febrero de 2020

Malagueño, Parroquia Nuestra Señora Nieva, Córdoba


Al rescate de la identidad del pueblo
Una interesante historia respalda a la hoy ciudad que se creó tres años después que la capital provincial. En el medio de llanuras y sierras, creció entre hornos de cal y la devoción a Nuestra Señora de Nieva, patrona de los mineros


Malagueño es una ciudad cordobesa situada entre Córdoba capital y Villa Carlos Paz. Pertenece al departamento Santa María, y cuenta con poco más de 10 mil habitantes, principalmente obreros de las fábricas cercanas.

La autovía Justiniano Allende Posse (ruta nacional 20) es el principal acceso de Malagueño, la ciudad que está muy cerca y tiene asegurada una fácil comunicación, pero lo suficientemente alejada como para conservar la tranquilidad pueblerina.

Ubicada en ese borde indeciso, entre la llanura y la incipiente serranía, está acompañada de un paisaje agreste con cerros bajos horadados por canteras de cal y granito, y la mole imponente de las grandes fábricas de cemento.







La antigua capilla. La capilla Nuestra Señora de Nieva fue erigida a instancias de Rosa Ferreyra en homenaje a la patrona de los mineros que también es la patrona de Malagueño. Su fiesta se celebra el 9 de septiembre y es la ocasión que espera el pueblo para pasear su imagen en procesión. Todos los días 9 de cada mes se celebra misa a las 20.

Luego de años de abandono la capilla hoy luce restaurada y muestra un monumental mosaico de estilo bizantino dedicado al Cristo del Trabajador realizado por el artista italiano Cesare Beccaria.

Malagueño tiene también la iglesia parroquial Nuestra Señora de Nieva que fue donada por Mercedes Navarro de Ferreyra, dama descendiente de la familia fundadora de Canteras Malagueño. Fue construida en 1941 por el arquitecto Jaime Roca, con un estilo renacentista español y totalmente en piedra.
 




Tiempo de cambios. Ya en el siglo 21 la vida de los habitantes de Malagueño que otrora sólo giraba entre canteras de cal, fábricas de cemento, observan la expansión inmobiliaria urbana que los alcanzó: nueve barrios cerrados, torres de departamentos, el complejo Pro Racing dedicado al automovilismo, una cancha de golf, un polo industrial (desde una fábrica de lanchas hasta una empresa láctea), un mercado concentrador de frutas y hortalizas, y un punto de música rock en la Sociedad Rural.

Del mismo modo, la hermosa iglesia es por estos días elegida por muchos contrayentes para celebrar casamientos.

Un conflicto de límites con la Municipalidad de Villa Carlos Paz y una posible declaración como parque nacional de los terrenos del Tercer Cuerpo de Ejército, sacuden la pacífica existencia de la comunidad. El Museo de la Memoria en La Perla, la conexión con el Camino de las Altas Cumbres, un proyecto de hotel cinco estrellas, un club de polo y un club hípico son también parte de ese ejido o pretenden serlo.

En este entramado los habitantes procuran conservar el identitario espíritu tranquilo. En este contexto se está gestando un esfuerzo global local por guardar la memoria de los hitos más representativos. Con ese objetivo se bucea en la historia local y se intervinieron espacios públicos y calles centrales para mostrar las imponentes casonas y sus templos consagrados a la patrona de los mineros.






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