La Falda también tiene un reloj cucú y es de la misma edad que el de Villa Carlos Paz.
La máquina está montada en la intersección de la diagonal San Martín y la emblemática avenida Edén de esa ciudad del Valle de Punilla, a 81 kilómetros al noroeste de la capital cordobesa.
La donó Federico Clapier, y el municipio aceptó el obsequio mediante un decreto del 28 de noviembre de 1958.
A diferencia de su “mellizo” de Carlos Paz, el pájaro de este artilugio no entra y sale de la caja cada vez que propala la hora, sino que tiene movimientos pero en una posición fija.
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