"Nuestro Destino De Viaje Nunca Es Un Lugar, Sino Una Nueva Forma De Ver Las Cosas.!

sábado, 15 de marzo de 2025

La Ventanita, primera parada en la Cuesta del Obispo, Salta


La Cuesta del Obispo corresponde a un tramo zigzagueante y empinado de la ruta provincial 33, ubicada entre el paraje Maray de la quebrada de Escoipe y la Piedra del Molino (3348 m s. n. m.), en la provincia de Salta, norte de la República Argentina, conectando el valle de Lerma con el alto valle Calchaquí.

Son las 8 de la mañana cuando arrancamos con éste recorrido. Una parada obligada fue ésta donde encontramos un parador con puesto de artesanos y vendedores, comidas típicas y una vieja construcci+on en lo alto de una colina, donde apreciamos toda la velleza del lugar.








La cuesta consta de un camino consolidado, ancho, enripiado y en permanente conservación que va serpenteando en su ascenso. Unas centenas de metros antes de llegar a su tope existe un mirador desde donde puede observarse la vertiginosa cuesta en casi toda su extensión.


De aproximadamente 20 kilómetros de extensión y a 57 km de la ciudad de Salta, puede llegarse a través de la ruta provincial n.º 33.






jueves, 13 de marzo de 2025

Angastaco, Salta

Angastaco es una localidad del departamento San Carlos, provincia de Salta, Argentina; en los Valles Calchaquíes. Se accede por RN 40. Siempre los valles guardan una sorpresa. A veces son las caprichosas formas que tienen las montañas, y otra sus colores. Y Angastaco guarda para sí el capricho de las formas y los tonos, salvo el del cielo que es único, propio e intransferible.

Angastaco está situado en plena serranía, en un valle, surcado por el río del mismo nombre, que cruza junto al pueblo después de nacer en Pucará, echando sus aguas más adelante en el Río Calchaquí.







Llama la atención de este lugar, el contraste entre el verde intenso de los cultivos y el suelo arenoso de los valles. Desde mediados del siglo XVIII, las naciones indígenas de la localidad de Angastaco dependían de la Misión Franciscana del Rosario de Calchaquí, ubicada en el paraje de San Isidro, cercana a Cafayate.

El pueblo mismo cuenta con: hostería, Centro Cívico con un pequeño museo arqueológico, iglesia que se proyecta en una esquina de la plaza. Cuenta con artesanías, con vinos regionales y "pateros" y mistela de incomparable perfume. Todo ello hace que Angastaco no sea un lugar para turistas apresurados que se conforman con echar un vistazo para seguir su viaje en busca de nuevos escenarios. En Angastaco hay que quedarse unos días para disfrutar de sus cosas buenas y de su buena gente.
Ya en las proximidades del pueblo, yendo por Cafayate, se halla un paisaje lunar cincelado pacientemente por la Naturaleza, sobre todo en los Pasos del "Ventisquero" y de la "Flecha". Se puede pasar cien veces por el lugar y se encontrarán nuevas, casi infinitas combinaciones de formas y colores.
Finca El Carmen: estancia rural distante a 8 km en dirección norte, camino a Cachi siguiendo la Ruta Nacional Nº40, enclavada entre un fértil valle y la serranía que continúa con las características particulares de la Quebrada de Las Flechas. Se desarrollan actividades agropecuarias y de turismo rural, tales como hospedaje, casas de comidas regionales, paseos por los lugares de cultivo, aguas termales, y cabalgatas, entre otras. En la finca está ubicada una de las iglesias más antiguas de todo el Valle Calchaquí que data del año 1780, restaurada allá por el año 1969 por los actuales propietarios del lugar, la familia Miralpeix. Merece la pena visitar este lugar tanto por el increíble paisaje como también por sus costumbres y su gente.








martes, 11 de marzo de 2025

Nevado de Cachi, Salta


El Nevado de Cachi, también conocido como Sierra de Cachi, es la montaña más alta de la región de los valles Calchaquíes y la 19° de Argentina. Con una altitud que llega a los 6356 m s. n. m., está conformado por nueve cumbres, llamándose Cumbre del Libertador General San Martín a la mayor.

Se encuentra íntegramente dentro de la provincia de Salta a pocos kilómetros al oeste de la localidad de Cachi y por lo tanto de la Ruta 40.







Cuando transitamos por la ruta provincial 59, que nos conduce al pintoresco pueblo de Cachi, ubicado en el corazón del Valle Calchaquí, y luego de atravesar la recta de Tin-tin, se yergue sobre el Occidente la sobrecogedora silueta del Nevado de Cachi. Su nombre proviene de la lengua utilizada por los antiguos diaguitas, de estos fértiles valles, o sea, el cacán. Así tenemos que "Kak" significa, "peñón, piedra, roca," y "Chi o Chin" que significa: "silencio, soledad". Entonces las variadas traducciones se refieren al nevado como "blanco peñón de la soledad, peñón frío, o peñón solitario". La otra etimología proviene del quechua, cuando los incas ocuparon la región e impusieron muchos nombres nuevos, en este caso para estos nativos, la palabra "cachi" significa: "sal", tal vez la explicación lógica de este topónimo sea, que detrás de la montaña, hacia el Oeste, se encuentran los salares puneños, no muy lejos del nevado.








sábado, 8 de marzo de 2025

El misterio entorno al Ovnipuerto de Cachi, Salta


Aquí, en este rincón del planeta, hay un misterio no revelado. La estación para aterrizaje o despegue de objetos voladores no identificados –que todos llaman ovnipuerto– fue construida por el ciudadano suizo Werner Jaisli, que era conocido como Bernard, o “Nómade Bernard”. Nació el 4 de enero de 1949 en Aarwangen, cantón de Berna.

El ovnipuerto ocupa un espacio de cuatro cuadras y tiene nombre propio: Estrella de la Esperanza. En realidad, no se trata de una sola estrella, sino de doce, dibujadas en la tierra, marcadas con piedras o pintadas a la cal, que miran el cielo transparente de Cachi. La mayor es una estrella blanca de 36 puntas y de 48 metros de diámetro. Es el faro del ovnipuerto. En su interior, hay otra menor, del mismo color, pero de 12 puntas.





Todas tienen distintos tamaños. Están delineadas con una simetría notable, que se aprecia sólo desde el cielo. Pero Werner no usó planos. Trabajó con ayuda de tres personas que vieron con asombro cómo el artista dibujó cada una de las estrellas, tirando piolas en el piso, de manera casi perfecta.

La estación para objetos voladores está ubicada a tres kilómetros de Cachi, en el paraje Fuerte Alto: es un campo en altura situado a poco del famoso hotel La Merced del Alto, donde Werner aseguró haber tenido contacto con seres intergalácticos.
Una docena de estrellas

El suizo puso manos a la obra en el mismo lugar donde tuvo lugar la experiencia que cambió su vida. Todo comenzó en la noche del 24 de noviembre de 2008, cuando Werner vio aquí dos objetos voladores no identificados. Eran dos objetos redondos de entre 12 y 15 metros de diámetro. Negros y rojos, según describió a David Zuleta, empleado de la dirección de Turismo, que filmó una entrevista con los detalles donde Werner narró ese encuentro.

 



Werner, que por entonces tenía unos 60 años, trabajó con ayuda de Jorge –con quien compartió el avistamiento, su hermano Luis Reyes, y un joven conocido como José Miguel. La obra se extendió por varios años. El suizo vivió un tiempo en el mismo predio del ovnipuerto de Cachi. Escarbó un agujero de dos metros y medio de profundidad, por tres metros de diámetro y allí dormía “para tomar energía”.

Así fueron surgiendo las estrellas, con sus distintos tamaños. “Todo el material lo trajimos de la zona: son piedras trasladadas en carretillas”, asegura Luis. “Era impresionante ver cómo hacía los dibujos, sólo tirando piolas”.

“Acá siempre se ven luces y objetos no identificados, para nosotros es normal”, continúa Luis Reyes. “No son aviones. No están identificados”, afirma con total naturalidad el ayudante del artista suizo.

En diciembre de 2013, sin terminar la obra que comenzó, Werner desapareció de los Valles Calchaquíes. “Corrieron versiones de que los ovnis se lo llevaron”

Después de seis años sin ser visto por los lugareños, Jaisli reapareció en julio 2019.

“Cuando yo lo conocí por primera vez, vestía como cualquier ciudadano” relata Zuleta. “Con el correr del tiempo adoptó una vestimenta llamativa: apareció con un turbante, un chaquetón y pantalón todo negro. Portaba un báculo y en una de sus puntas ató plumas de loro”, narró.

El artista se fue volviendo más excéntrico. Y más seguro que nunca de sus contactos con los seres intergalácticos. De regreso en Cachi, hace dos años, expresó que tuvo 200 avistamientos de ovnis a lo largo de más de una década.





jueves, 6 de marzo de 2025

El cielo increíble de Cachi desde el mirador del cementerio. Salta


Te invito a conocer este rinconcito de Cachi, una recova alumbrada por el sol, con sus arcos blancos y su piso de ladrillones, que te espera para mostrarte una vista única del pueblo.

El cielo de ésta tarde parece de película!!!













Desde una de las esquinas de la plaza 9 de Julio, mirando hacia el norte se puede observar una lomada que tiene una notable casona de color blanco con una galería de arcos ojivales. Sorprende desde lejos por su volumetría y muchos consideran que se trata de un cabildo o una importante mansión. Por su belleza y por las increíbles vistas, el cementerio también se convirtió en un sitio de visitas.

Esta construcción data de mediados del siglo XIX. Desde esta meseta elevada, domina el valle y es testigo mudo del crecimiento y los cambios que acaecieron en las últimas décadas en nuestra comunidad.

Es un lugar lleno de historias y personajes célebres. Se puede observar en la recova una campana cuyo tañido se hace sentir y rompe el silencio del valle en cada ocasión de sepelio.

Ingresando al cementerio se puede observar los primeros grupos de sepulcros compuestos por cruces de hierro forjado y más al fondo, nichos y construcciones realizadas con materiales más modernos y convencionales, interpretándose justamente cómo, con el paso del tiempo, se han ido ocupando sectores específicos hacia el norte.







La construccion de los cementerios en las comunidades andinas se realizaban en la zona mas alta de cada lugar, la creencia de que estar en un lugar mas alto es porque las almas llegan mas rápido al cielo.

Es muy interesante visitar esta necrópolis el 2 de noviembre, cuando se celebra el Día de las almas, todo el pueblo llega hasta el cementerio a dejar ofrendas florales y otros elementos a modo de recuerdo de sus seres queridos fallecidos. En esa fecha, el predio se convierte en un jardín multicolor, con ramos y coronas de flores naturales y artificiales que se van disponiendo en cada uno de los sepulcros.

El culto a los muertos es un ritual muy arraigado en la América Precolombina. En los Andes, particularmente, se celebra religiosamente. Se cree que la noche del 1 al 2 de noviembre de cada año se abre un portal con el mundo de arriba y las almas retornan a la tierra, al mundo de los vivos.

En esta oportunidad, los seres terrenales recuerdan a sus difuntos y preparan una serie de ofrendas para ellos, recibiéndolos en su casa con una mesa que se acondiciona a modo de altar, colocando fotografías de ellos y algunos objetos de su propiedad que todavía conservan.

Además, se preparan sus alimentos y bebidas favoritas que también se colocan junto a sus retratos y figuras cargadas de simbolismo hechas con masapan, como ser palomas, estrellas y escaleras.

Al día siguiente, el 2 de noviembre el ritual culmina con la visita a los deudos en los sitios donde descansan sus restos mortales y la ya mencionada ofrenda floral. Los alimentos son compartidos con los vecinos y allegados en una muestra de solidaridad y unión.