Villa Ventana, es una localidad turística, famosa por sus hermosas sierras, que se encuentra ubicada al sudoeste de la provincia de Buenos Aires,
Villa Ventana pertenece al partido de Tornquist y está dentro del sistema de Ventania.
Es una localidad pequeña, que cuenta con sólo 609 habitantes, lo que la convierte en el destino ideal para unas vacaciones tranquilas, disfrutando de la más pura naturaleza.
Sin lugar a dudas esta pequeña villa, de calles de tierra, de frondosa arboleda es ideal ideal para el descanso y las caminatas.
Desde unos kilómetros antes de llegar el camino recorre entre valles y cerros unos paisajes de ensueños en ésta época del año con unos campos sembrados de girasoles y maíz. Me detuve a tomar unas fotografías a un camión abandona.
El pueblo cuenta con innumerables opciones de alojamiento, ofertas gastronómicas. Paseos de artesanos y lugares de compras de productos regionales.
Innumerables opciones para realizar caminatas y tracking.
Entre las diferentes actividades que se pueden realizar, encontramos a espaldas de la localidad a la “Fuente del Bautismo”. Esta se caracteriza por tener una cascada que desemboca en una fuente natural profunda, muy visitada principalmente en verano. El agua de vertientes que brota en este sector, da inicio a los arroyos antes mencionados que rodean a Villa Ventana.
Otro de los atractivos de inmenso valor, tanto histórico como arquitectónico, son las Ruinas del famoso “Ex Club Hotel de la Ventana”, quien fuera alla por el 1911 (año en el que se inauguró) uno de los hoteles con casino mas importantes y lujosos de Sudamérica. Años mas adelante, pasada ya su época de esplendor, albergaria a una gran cantidad de marinos, provenientes del acorazado Alemán Graf Spee. Las ruinas se pueden visitar hoy, con la compañia de guias locales que enriquecen el paseo contando la historia del que alguna vez Julio A. Roca bautizó como “la maravilla del siglo”.
Esta tranquila y vistosa localidad, posee un especial microclima que se disfruta todo el año. En Primavera la flora ofrece un sinfin de colores y aromas que deleitan, al igual que en el otoño. En invierno, la Villa suele recibir un manto de nieve que sorprende a los visitantes. Finalmente, en verano, se disfruta ampliamente de arroyos y pozones que hacen las veces de piscinas.
Sin duda, un paseo turistico obligado, a solo algunas horas de las grandes ciudades de la Provincia
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