El nombre seguramente fue dado por los fuertes vientos de la zona, y ademas por los molinos de viento de energía eólica que se encuentran cerca de la playa y le dan un toque muy particular. El atardecer es el mejor momento, ver como se pone el sol, con tonos rojizos y si le agregamos la arena volando y los molinos de fondo, indudablemente vale la pena quedarse hasta el final del día.
Si te gusta la fotografía o simplemente disfrutar del pasiaje, vas a encontrar distintas postales con el paso de las horas, las nubes que van y vienen, dandole un encanto particular, disfrutar de unos mates, con tanta tranquilidad. A veces interrumpidas por algunos zurfistas, 4x4 o cuatris. El lugar vale la pena, solo refugiarse un poco del viento, llevar gorra y abrigo para la tarde, ya que el viento refresca mucho.
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