CARLOS KEEN, "Pueblo de Ferias"

Por la estación ya no pasan trenes pero sus vías no están muertas, reciben cada fin de semana a cientos de visitantes que curiosean por su feria de artesanos luego de disfrutar de un generoso almuerzo en alguno de sus restoranes. Es que Carlos Keen ya no es un centro de acopio de granos, ahora es un pueblo gastronómico.

¿Y qué es esto de “pueblo gastronómico”? Es un eufemismo moderno para explicarte que de ahí te vas a ir con la panza llena y la hermosa sensación de que por un día lograste escaparte no sólo del ruido de Buenos Aires sino también de sus coquetos restós de platos escasos pero bien decorados. En Carlos Keen, afortunadamente, las papas están fritas y no rotas, y la ensalada se llama ensalada y no colchón de hojas verdes. Las cosas por su nombre. Claro que para descansar de los esfuerzos cosmopolitas de nuestra capital tenés que manejar unos 83 km hacia el oeste, pero bien vale la pena.










Antiguo Surtidor de combustible que perteneció a una típica casa de ramos generales que no solo vendía productos de almacén y tienda, sino también combustibles (típico en esa época)

¿Qué vas a encontrar en Carlos Keen? Un pueblito- en serio, son unas 8 cuadras de largo por otras 4 de ancho- de poco más de 500 habitantes, con mucho aire rural, fachadas bien conservadas, restoranes de campo clásicos y no tanto, una lindísima y antigua iglesia, mucho verde, perros, caballos, salames y quesos caseros, una feria artesanal, más perros, estancias para visitar, un museo rural y hasta un criadero de hongos. Nada mal para pasar un buen domingo o hasta un fin de semana de descanso.

Una curiosidad es la Capilla San Carlos Borromeo, en un estado de bastante abandono, una làstima.























Esta localidad, que pertenece al partido de Luján, fue fundada en 1881 y tiene la particularidad de deberle su nombre a un tipo que jamás la conoció. Al parecer el Doctor Carlos Keen fue un patriota que luchó en la guerra del Paraguay y en su honor el, por entonces, Gobernador Dardo Rocha bautizó este pueblo que, muerto en 1874 de fiebre amarilla, el abogado nunca llegó a pisar.

TOMAS JOFRE "Delicias en el Cercano Oeste"

Ubicada a apenas 100 km al oeste de la ciudad de Buenos Aires, Tomás Jofré es una pequeña localidad de casi doscientos habitantes. Si bien en los últimos años se alzó como uno de los principales puntos de mini-turismo gastronómico de fin de semana, sus calles de polvo sin nombre todavía recuerdan a un pueblo del Lejano Oeste americano.

Oficialmente, la aldea recibe el nombre de Jorge Born, quien fue el empresario inmobiliario que hace aproximadamente un siglo loteó la zona y la vendió. De todas formas, en los carteles ruteros y en los mapas figura como Tomás Jofré, que es el nombre de la estación de tren. La misma fue construida en 1908 por la entonces Compañía General de Ferrocarriles de la Provincia de Buenos Aires.















La gastronomía es el principal servicio que ofrece este pueblo. Existen menos de diez restaurantes. Todos ofrecen un menú fijo que incluye entrada a elección, asado libre y postre. Como en la mayoría de los pueblos gastronómicos de provincia, la atención es más lenta que en las grandes ciudades. Es por eso que la mayoría de las parrillas ofrece juegos infantiles para entretener a los niños.

Algunos sitios, incluso, ofrecen mate con tortas fritas para quienes deseen extender al almuerzo hasta la tarde. Y, para quienes buscan una experiencia de día completo, diversas estancias ya ofrecen “jornadas de campo”, incluyendo desayuno y paseo a caballo. En la plaza principal, los productores locales venden quesos, fiambres y dulces caseros, elaborados artesanalmente. Es recomendable llevar dinero en efectivo porque todavía no aceptan tarjetas de crédito ni débito.



El lugar es muy pintoresco, se destacan indudablemente sus parrillas, su Iglesia y algunos comercios, además su estación de trenes, que algunos ex ferroviarios del tren Belgrano tratan de recuperarlo, haciendo algunos encuentros los fin de semana



















































Cómo llegar

En auto: tomar el Acceso Oeste, hasta el final (Luján). Allí, tomar la ruta nacional n°5 y, antes de llegar a Mercedes, el desvío a Jofré.