Hermosa tarde cordobesa, ideal para un paseo por algún lugar cercano a la capital.
Preparamos el mate con mis hijas y fuimos a Copina.
La suma de los paisajes con el parador El Cóndor-Copina, la Pampa de Achala, los valles y los caminos sinuosos son el combo mejor pensado para conductores aventurados.
Un mate con pan casero siguen dando pie a la charla de lo que es el camino, en éste momento en mal estado, no se por poco mantenimiento, por lluvias o porque los lugareños prefieren que no todo el mundo llegue por estos lugares, para asi conservar mejor esa mistica agreste, salvaje e inhóspito del lugar.
Siempre despacio, evitar piedras y posos y después de recorrer unos 4km desde la comodidad del asfalto, llegamos al pueblo.
Copina es una pequeña localidad del Valle de Punilla ubicada en el faldeo oriental de las Sierras Grandes de Córdoba. En este destino se puede hacer una caminata para conocer sus icónicos puentes colgantes, disfrutar de su cascada o combinar trekking entre sus saltos y pozos de agua.
El lugar está en los límites de la Reserva Hídrica Provincial Pampa de Achala y la Reserva Recreativa del Valle de Calamuchita, y a sólo 20 kilómetros del Parque Nacional Quebrada del Condorito. Por su ubicación estratégica, es un planazo para los amantes de la naturaleza y el turismo aventura.
Uno de sus mayores atractivos es el camino de los puentes colgantes, una serie de pasarelas elevadas que antiguamente formaban parte de la RP 14 y que estuvieron en la ruta del Rally Mundial. En total son 5 puentes de tablas de madera y barandas de metal que conforman una pintoresca postal serrana.
Por el mal estado del camino, decidí dejar el auto en el segundo puente y caminar.
Hermosas vistas, olores a las hierbas cordobesas, un deleite cada paso que doy.
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