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miércoles, 22 de junio de 2022

El antes y el después. MIRAMAR, vuelve a resurgir una y otra vez. CÓDOBA


La otra Miramar.A 13 kilómetros de Marull, sumergido en la naturaleza, arenas finas y atravesado por la laguna Mar Chiquita, el pueblo que logró su mayor auge en 1950 y que en 1977 fue tragado por el agua, busca repoblarse de la mano de familias pioneras que apuestan al mercado turístico y la dotación de más servicios. Hasta viajeros internacionales detienen allí su motorhome para contemplar las bondades de Ansenuza.





Playa Grande, en la costa este de la laguna Mar Chiquita, a 13 kilómetros de Marull, tras haber sido tragado por el agua en 1977, quiere resurgir y volver a ser un pueblo, aprovechando las bondades naturales de la región de Ansenuza.

El balneario que eligen hasta viajeros extranjeros, cuenta con siete viviendas y el deseo de sus pocos habitantes es repoblarlo.

La inundación no detuvo el amor que un visionario, Mario Gay, tiene por este lugar, donde construyó y reconstruyó su casa más de una vez, luego de que el avance del agua se interpusiera en su deseo de vivir en la paz y la naturaleza, donde no hay energía eléctrica y eso quizá, lo hace aún más atractivo para muchos turistas que veranean en "el mar cordobés".

La arena de su playa, la inmensidad del paisaje y la fauna invitan a vivir una experiencia fascinante.




Es un lugar fuera del mundo, al cual todavía no llegaron las cosas de la civilización. Lo más bello que tiene es la mar; ver cuando sale y se pone el sol; así como también la luna que se refleja en el espejo de agua; poder bañarse hasta de noche sin ningún tipo de peligro; contemplar la naturaleza en su estado original y saber que nada malo te va a pasar.







El lugar brilló con luz propia en la década del 50 cuando atraía con sus carnavales y su fiesta patronal que se celebraba cada 24 de septiembre en honor a la Virgen de la Merced, nombre que llevaba la capilla del pueblo y cuya imagen fue donada en 1945 por una inmigrante italiana de apellido Ervetti, muy devota a ésta.

"En los años '20, Playa grande era un campo donde había cortaderos de ladrillos y luego se transformó en una zona de criaderos de nutria.






Se trata de una playa virgen, con naturaleza pura donde no hay contaminación, ni olores de ningún tipo, además del avistaje de aves con más de 600 autóctonas. Un lugar para sorprenderse, sobre todo los atardeceres le dan una magia muy particular.

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