El lago homónimo es el gran anfitrión. Con sus aguas de azul intenso es el protagonista central en una escenografía de ensueño. En sus profundidades la vista se pierde en un zafiro invaluable. Pero así como se pierde la vista y los pensamientos ante el deslumbrante destello del tranquilo reposar de las aguas. Así se descubre también un bosque sumergido que tiene una preferencia estelar entre las opciones a visitar donde árboles de varios metros de altura se dejan cubrir por las aguas. Pequeños tesoros que nadie puede dejar de admirar.
Un paraíso conduce a otros paraísos. Esa podría ser una máxima para el sur de la Argentina. Es que Bariloche, San Martín de los Andes o Villa La Angostura, están muy cerca de este destino mágico y tienen conexión directa a las vías de acceso. Las rutas tienen tramos de ripio, que suelen estar en buenas condiciones pero que requieren cuidado especialmente durante las épocas de nevada. Si no se tiene vehículo, desde la terminal de Bariloche parten micros que cubren la distancia de 100 kilómetros para trasladar a los viajantes hacia esa postal increíble.
Las casas están diseminadas de un modo que parecen puestas casi por casualidad. Son cabañas en madera y piedra, con jardines floridos y cuidados. Todo suena a fantasía. En el centro cívico, la capilla es modesta, suficiente para un momento de reflexión y agradecer estar en armonía con el universo. Un microcosmos perfecto que desata todas las ilusiones.
La caminata por la orilla del lago conduce hasta un muelle que es un clásico en las postales de Villa Traful. También hay algunos miradores, pero lo cierto es que cualquier punto es un punto panorámico. Se destaca, sin embargo, el Mirador del Traful, ubicado a 5 kms del acceso a la Villa.
Algunos senderos ascienden por los cerros y conducen a descubrir los hilos de agua que se desprenden desde las montañas. Las Cascadas CoaCó y Arroyo Blanco son imperdibles. La caminata por los Cerros Negro y Monje permite obtener una panorámica de los volcanes Lanín y Osorno. Otros senderos para realizar llevan a las Lagunas Mellizas. la Cascada del Ñivinco, Los recorridos son ideales para los amantes del trekking y también para realizar en cabalgata. Y si de deportes de aventura se trata, también es un espacio fantástico para la práctica del cicloturismo, la pesca deportiva, el buceo, windsurf y el parapente.Los servicios turísticos permiten contar con alojamiento de distintas categorías, desde campings hasta hosterías y cabañas. También hay restaurantes, proveedurías y venta de artículos regionales.
Elegir Villa Traful para pasar unas vacaciones es optar por el descanso, la tranquilidad y la conexión con la naturaleza. Es zambullirse en una burbuja y dejarse tentar por la fantasía. Es sentirse un ser privilegiado, pequeño frente a un universo tan enormemente bello.
A escasos kilómetros de la Ruta Nacional 40, esta pequeña población es magia, fantasía e ilusión. Para soñar despierto, y descubrir que el mundo ideal sí existe.
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