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martes, 29 de octubre de 2024

Visitando Las Termas, Fiambalá Catamarca

 


Después de conocer la Iglesia de San Pedro, en Fiambalá, decidí ir a la termas y pasar la tarde.

Recordemos que hay que comprar las entradas en la direccion de turismo de Fiambalá y hay distintos horarios para ir, de 8 a 14, de 14 a 20. Me pareció buena opción el horario de la tarde.






Desde una fantástica quebrada a los pies de la Cordillera de los Andes, a solo 17 kms de la ciudad de Fiambalá surgen las increíbles Termas de Fiambalá. Un maravilloso lugar con una propuesta única para disfrutar del bienestar del agua termal. Sus aguas emergen a 1.750 m.s.n.m., concentrándose luego en 14 piletas de piedra cordillerana con temperaturas que varían entre los 28° C y 51° C.

En las Termas, se puede disfrutar de la tranquilidad y la intimidad, lejos del ruido y del ritmo estresante de las grandes ciudades, salvo cuando llegan muchos turistas a pasar el dia, pero igual es  una experiencia vinculada al bienestar y la salud, con todos los servicios necesarios.
Provar la temperatura de cada una de las piletas y decidir por la que mas grato nos resulte. Yo probe la de 36°.













Para mi estas termas son unas de las mas lindas del país, Por su ubicación, encajadas en la cordillera, por la temperatura del agua y muy en especial por el ambiente del lugar. mucha arboleda. lugares para sentarse, mesas, bancos, muy buenos sanitarios, limpios, sobre todo. Un parador con una terraza increible. donde ves todo el lugar, el valle y el rio Abaucan, que en ésta época del año estaba sin caudal. 
Desde allí se divisa el valle donde está Fiambalá y más lejos el cordón montañoso de Famatina. En las tardes el viento sopla fuerte en el valle, levantando la fina arena de las dunas cercanas. Pero ello no afecta al complejo termal que está reparado. Es un lugar muy bonito en medio de un paisaje agreste, sereno y soleado. Los lugareños dicen que alli nieva en invierno, pero igual se pueden tomar baños termales.
Buena oferta gastronómica y a precios razonables.












Rodeadas de grandes montañas, las Termas de Fiambalá cuentan con aguas clasificadas: Hipertermal, Sulfatada, Silicatada, Alcalina bicarbonatada y Clorurada débilmente. Son altamente sedantes y relajantes del sistema nervioso, limpian los tejidos, desintoxican el organismo y permiten una mejora en la salud.




sábado, 26 de octubre de 2024

Iglesia San Pedro Fiambala. Catamarca, una joyita colonial.

 


Construida en 1770, por el capitán, Domingo Carrizo, es una pequeña joya de la arquitectura colonial de la zona.
Fiambalá, la ciudad catamarqueña que abre el paso hacia Chile, cuenta entre sus atractivos con la Ruta del Adobe, de la cual forma parte la Iglesia de San Pedro, Monumento Histórico Nacional desde 1941.
El edificio, inaugurado en 1770, es el corolario de la Ruta del Adobe, un tramo de 55 km de la RN 60 entre Tinogasta y Fiambalá, en el que se pueden también apreciar, entre otras muchas construcciones, la capilla del Mayorazgo de Anillaco, patrimonio provincial, y la iglesia Nuestra Señora del Rosario, por solo mencionar dos singularidades arquitectónicas que son emblemas del sincretismo religioso y cultural de la zona.










El capitán y comerciante español Domingo Carrizo, en uno de sus viajes pasó por San Pedro de Atacama, donde encontró la imagen de San Pedro en la iglesia de ese pueblo. Carrizo comenzó a tener visiones, donde el santo le hablaba en los sueños y le pedía que lo llevara a las tierras blancas donde él quería reinar. El capitán le contó al cura del pueblo estos sueños y le pidió que le diera el santito. Ante la negativa del cura, el hombre resolvió por las suyas y robó el San Pedro.


Denunciado por el cura, Carrizo y sus hombres comenzaron a ser perseguidos. Se supone que entraron desde Bolivia, por Antofagasta de la Sierra. Cuando estaban a punto de ser atrapados, el viento zonda o viento amarillo que levanta fuertes tormentas de arena, borró los rastros y así pudieron escapar. Este es el primer milagro que se le otorga al santito. El segundo, es el que escuchó Quiroga desde niño: las bestias se detuvieron frente a lo que hoy es la iglesia, porque San Pedro quería quedarse en ese lugar. Aunque lo más probable, aclara el historiador, es que exigidas por la huida y el largo viaje, las mulas o caballos, ya no podían continuar.
La iglesia fue construida como una réplica de la de San Pedro de Atacama, donde estaba el santo originalmente, y allí descansan los restos del mentado Domingo Carrizo.












Además de la arquitectura, la iglesia cuenta entre sus bienes con once pinturas traídas desde Perú, que pertenecen al estilo cuzqueño del siglo XVIII. También resguarda imágenes de vestir de tamaños medianos y pequeños y crucifijos de la época colonial. Según la tradición, todas llegaron junto a la imagen del patrono.

El San Pedro en cuestión es un santito articulado hecho de madera, de 85 cm de altura, y está sentado en un sillón de madera hecho a su medida, tiene corona, cruz papal y llaves de plata, un anillo de oro, y un calzado n° 22, que por ser un santo caminador, sus promesantes le reponen cada año para su fiesta.

El templo constituye uno de los pocos ejemplos auténticamente virreinales de la región, según explica el estudio del proyecto de restauración. Su arquitectura es rústica, para la edificación de la nave única se apoyó sobre las vigas de madera un techo de cañas atadas con tiento y sobre estas se colocó una capa de cortaderas cubierta por una última mano de barro.

Sus paredes de adobe miden aproximadamente un metro de espesor. La escalera de acceso al campanario está construida en una vara de algarrobo tallada. También son de madera de algarrobo las puertas y los tirantes del techo.





Al lado de la Iglesia y haciendo un conjunto de paseo se encuentra el Museo del Hombre.

Tres salas concentran la exhibición del valioso patrimonio arqueológico recogido por el Museo del Hombre de la ciudad de Fiambalá, donde piezas pertenecientes a los grupos aborígenes pituiles, batungastas y mayupucas, los cuales habitaban estos valles, constituyen la interesante colección que atrae desde el cautivante recinto.

Objetos cerámicos y líticos, entre los que destacan puntas de proyectil, vasijas tipo ciénaga y urnas funerarias, ocupan dos de las salas, en tanto que en la restante aguardan los cuerpos momificados de un hombre y una mujer, con su ajuar funerario, cuya antigüedad alcanzaría los 500 años.

Horarios de atención: de lunes a viernes de 08 a 19 hs. Sábados, domingos y feriados de 08 a 13 y de 14 a 19hs