La “Aguada de Burro” se encuentra a unos 15 km del centro de la localidad en dirección al paso Cardenal Samoré, a 4 km del cruce con la ruta Siete Lagos por la Ruta 231. El acceso no está señalizado.
Como dato para saber que estamos muy cerca, en una curva nos queda a la derecha una gran roca tipo peñasco, después de ahí una pequeña curva poco acentuada a la izquierda y después del guardarraíl se encuentra la banquina amplia donde hay que estacionar el auto.
Hacia la derecha se desciende por una picada en medio del bosque. El sendero es de unos 800 metros y de dificultad baja, apto para recorrer con chicos. Dependiendo del ritmo, es de una duración de 20 minutos.
Si bien hay algunas pendientes, no son muy largas. La senda está bien marcada y es difícil perderse: sólo hay que seguir la huella y las señales rojas en algunos árboles que indican que vamos por el camino correcto.
El sendero desemboca en una amplia playa de arenas blancas y una excepcional vista al lago Espejo y la cordillera. Si se camina algunos metros hacia la izquierda se encuentra un pequeño arroyo. Siguiendo una estrecha y corta senda que bordea el arroyo, aparece una pequeña y bucólica cascada. El lugar es ideal para pasar el día en familia y almorzar allí, a la sombra generosa de un coihue centenario. Para los que prefieren un turismo más activo y menos contemplativo, el agua es más cálida que el Nahuel Huapi y es una invitación obligada para el chapuzón prolongado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario